
La mejor mirada no es esa que se nos niega, sino esa que no vemos, la que ignoramos distraídamente. Esa mirada inesperada, fuera de todo cálculo, esa mirada que nos ve cuando no nos sentimos mirados y por lo tanto nos mostramos mejor. Una mirada capaz de atravesar la máscara y ver lo que hay detrás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentaron...